Más amor, por favor!

Andrea Rodríguez Novoa
Marzo 29, 2023
Núria Güell, "Ayuda humanitaria", 2008-2013.
Núria Güell, "Ayuda humanitaria", 2008-2013.

De entre todos los libros que se apilan y se van sustituyendo en mi mesilla de noche hay uno que permanece, y que se llena de post-its desde hace seis años: Fragments d'un discours amoureux [1] (1977). En él, Roland Barhes explica el amor en boca de otrxs, en boca de muchxs y su pluma se une a la de esxs otrxs tantxs para explicar el amor desde un gobierno de coalición con voces múltiples. Al margen de mi completa admiración por todo su trabajo, al leerlo de nuevo en agosto de 2017 se volvió este compendio un texto de cabecera porque me parece condensar de la forma más supina las claves de la sociedad que queremos. Y digo esto en referencia al contenido, sí, pero sobre todo al continente, por  esa escritura a varias manos que desarrolla una semántica de comunicación en la que semas comunes y diferenciales son igual de importantes. Barthes elabora, hace alusión, comenta y recoge citas de Freud, Verlaine, Goethe, Lacan, Nietzsche, Balzac, Sartre, Bataille, Hugo, Stendhal, y de un largo etcétera de autores, para retratar el amor de manera estructural, y esto lo hace en un momento (1977) en el que hablar del amor es, en sus propias palabras "de una extrema soledad".

 

Y es que el amor es pura política: el contrato social por excelencia.

 

"Desmayarse, atreverse, estar furioso,

áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

(...)
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

(...)

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe."

 

Los versos completos de este extracto del soneto 126 de Lope de Vega los recuerdo de memoria desde el colegio. En sus Rimas Humanas de 1634, y en concreto en este poema, habla el autor del amor romántico, y yo pienso hoy al recordarlo que se podría aplicar a los muy diversos amores: romántico, vacío, sociable, fatuo...

 

Pienso también en los poetas románticos (en masculino) y en que conviene revisar el mito del amor romántico, historizarlo y contextualizarlo en la lucha feminista, queer y transgénero, ya que el amor nos atraviesa en lo personal, en lo simbólico y en lo sexual. En este sentido, arrojaba en 2002 una luz renovada el filósofo Paul B. Preciado con su Manifiesto contrasexual, obra en la que proclama la equivalencia de los sujetos, rompiendo las barreras de lo que tradicionalmente se asocia a la idea de masculino (propio del hombre) y femenino (propio de la mujer). Esta liberación del género y sus códigos supondría asimismo una nueva compresión de la idea de amor y de pareja y de las relaciones de poder que históricamente esta ha implicado. Mucho habría que decir sobre lo que el discurso amoroso ha legitimado históricamente y, si bien considero acertada la posición de R. Barthes que explicaba al inicio de estas líneas, muy criticable es también la masculinidad de sus referencias; y si bien el soneto 126 es emocionante, no deja de perpetuar la idea de amor cortés.

 

Y porque el amor es múltiple no hablaré solo aquí del amor que generalmente se asigna a un par. Hablemos de amor fraternal, filial, o simplemente de amor, de empatía, de amistad, sobre todo de amistad.

 

Citando y contradiciendo a Zygmut Bauman a un mismo tiempo diría que mientras que el amor puede ser algo excluyente y líquido [2] , la amistad se caracteriza por ser incondicional y duradera. Contra el biopoder [3] y su aplicación en la biopolítica [4] de Michel Foucalt reivindicaba Franco Bifo Berardi allá por 2015 la política de la amistad [5] como salida al sistema actual, como una cadena de micro-amores que unidos off y online nos permitirían abolir el individualismo reinante y pensar y reconocernos como un cuerpo solidario, algo que el trabajo cognitivo dificulta haciendo que la productividad embeba nuestras vidas de forma constante.

 

En trabajo y amistad pensaba la artista Céline Condorelli (1974, Francia, vive en Londres y Milán) en su publicación The Company She Keeps[6] (2014), que acompañó a sus exposiciones Céline Condorelli (Chisenhale Gallery, Londres) y Positions (Van Abbemuseum). En ella recoge cinco conversaciones con amigos (Nick Aikens, Avery F. Gordon, Johan Frederik Hartle y Polly Staple) para explorar el trabajo conjunto, la política de la compañía que uno elige mantener y la amistad tanto entre personas como con ideas:

 

"Quizá una de mis definiciones favoritas de la producción cultural sea la de hacer públicas las cosas: el proceso de conectar cosas, de establecer relaciones, que en muchos sentidos significa hacerse amigo de temas, personas, contextos. En este sentido, la amistad es tanto una forma de trabajar como una dimensión de la producción. El hilo conductor de las páginas que siguen es la amistad como forma de solidaridad: amigos en acción".

 

En su conversación con Polly Staple y Nick Aikens, comisarios de sendas exposiciones, aborda la práctica de la amistad y el apoyo en su obra como artista y la relación entre el hacer exposiciones y la cuestión de cómo trabajar juntos.

 

Es efectivamente el espacio –y el tiempo– de exposición, un escenario de ensayo y error en el que esas relaciones sociales pueden manifestarse y evolucionar de forma condensada. En ese espacio, político pues, es donde la artista Haris Epaminonda (Chipre, 1980) se explaya, se retrae, problematiza y y nos emociona. Sus colecciones de memorabilia diversa, de imágenes y de textos, de esculturas... nos sitúa en espacios que ella misma diseña y que rezuman misterio. Compone arquitecturas que muchas veces se erigen en un "museo dentro del museo", como si hablase de los seres por su ausencia, como señalando un ágora por habitar.

 

Acabaré este texto con esa línea de pensamiento: "una cosa dentro de una cosa". Leía estos días Una casa fuera de sí [7] que acaba de publicar el arquitecto Victor Navarro. A riesgo de simplificar mucho su discurso diré que habla de como en 1977 Frank Gehry transformó una simple casa rosa en su propia casa, inspirándose en gran medida en su experiencia diseñando centros comerciales. El centro comercial, que partía de una buena intención, pretendía recrear (o más bien crear si pensamos en la costa oeste de Estados Unidos) vida urbana en un contenedor y F. Gehry traslada esa sucesión de experiencias a la manera en la que se piensa una vivienda. Idealista y sensata, evidente me parece la idea de que un espacio político puede tomar escalas tan diversas como la calle y la casa, o, ¿tendríamos que pensar simplemente en diferentes escalas del hogar?

 

Aplica Victor Navarro la expresión estar fuera de sí "no solo a cuando perdemos los nervios, sino también a cuando cada uno de estos nervios ha decidido actuar por su cuenta" y habla del movimiento colectivo y desordenado de un cuerpo distraído. Le robo aquí unas frases al autor que, refiriéndose a la manera de definir nuestros espacios, resuenan para mí como una definición límpida de la vida política:

 

"Amueblar el mundo es aplicar la coherencia del cuerpo distraído a la arquitectura; es dejar que lo que estaba allí y lo que se añade encuentren vínculos, al tiempo que muestran sus diferencias irreconciliables; es el espacio de relación y de complicidad que emerge cuando en la conversación todos los interlocutores se superponen al hablar (...)"

 

 

 

  1.  Barthes, Roland.  (1977). Fragments d'un discours amoureux. AUX ÉDITIONS DU SEUIL, Collection "Tel quel".
  2. El término amor líquido alude a un concepto creado por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, desarrollado en su obra homónima para describir el tipo de relaciones interpersonales que se desarrollan en la posmodernidad. Éstas, según el autor, están caracterizadas por la falta de solidez, calidez y por una tendencia a ser cada vez más fugaces, superficiales, etéreas y con menor compromiso. Aunque el concepto suela usarse para las relaciones basadas en el amor romántico, Bauman también desarrolla el concepto para hablar en general de la liquidez del amor al prójimo.
  3. Biopoder es un término originalmente acuñado por el filósofo francés Michel Foucault para referirse a la práctica de los estados modernos de "explotar numerosas y diversas técnicas para subyugar los cuerpos y controlar la población". Foucault introdujo este concepto en La volonté du savoir, el primer volumen de su Histoire de la sexualité. (Wikipedia).
  4. El término biopolítica es un neologismo utilizado por Michel Foucault para identificar una forma de ejercer el poder no sobre los territorios, sino sobre la vida de los individuos y las poblaciones. Este tipo de poder es denominado biopoder. El concepto ha sido luego retomado y desarrollado por otros filósofos como Giorgio Agamben, Toni Negri, Paul B. Preciado y Roberto Esposito. (Wikipedia).
  5. Iborra, Yeray S. (24 de octubre de 2015). "La amistad es la manera de salir de la explotación actual." El Diario. https://www.eldiario.es/catalunya/el-diari-de-la-cultura/franco-berardi-bifo-amistad-manera-salir-explotacion-actual_132_2413914.html
  6. Condorelli Céline. (2014). The Company She Keeps. Book Works, Chisenhale, London y Van Abbemuseum, Eindhoven.
  7. Navarro, Víctor (2023). Una casa fuera de si. Editorial Caniche. Colección la Menor.